A veces Don ansiedades llega y se instala en tu vida, te va llenando de miedos, proclama tus problemas, dificultades, penas y luchas, hace que todo sea mayor en apariencia, y sumándole al cansancio por el esfuerzo de seguir a flote pues parece vencerte, lo más «cómodo» podría ser dejarlo acomodarse, seguir escuchándolo y a veces cargarlo en nuestros hombros, pero definitivamente no es la mejor opción.
Qué podemos hacer, como luchar contra el, si al mirar al interior solo ves cuanta razón tiene, y cuando ves lo que hay por delante, pues no hay nada claro.
El seguir con la angustia parece ser la única respuesta…
Pero a la par de que estas palabras te llenan, también suena una voz que dice: Tienes valor, tus problemas, pensar y sentir me importan, a veces puedes sentir que estoy lejos de ti y que cosas como enfermedades, guerras y penas en el mundo tienen mi atención total, pero no es así.
Dios nos guarda desde el tema más pequeño como: que comeremos, que beberemos y que vestiremos, hasta el más profundo y desgarrador dolor que puedas experimentar.
Es decir le importas tanto que conoce cada número de cabellos en tu cabeza, eres imaginación de su corazón, existes porque así lo quiere y te ama.
Es el gran Yo soy, todo lo que necesites Él lo es, tu proveedor, tu sanador, tu escudo, tu paz, tu consejero admirable y sobre todo NUESTRO PADRE.
Si tu ansiedad es real, su paz aún más, a veces solo debes llamarle…
El pedir ayuda, contar como te sientes o escribirlo puede ayudarte mucho, a veces creemos que nadie en el mundo puede entendernos, pero todos pasamos por cosas similares, así que en ocasiones solo necesitan tu oportunidad para ser el oído que tanto necesitas.
Imagen de portada: Photo by Aziz Acharki on Unsplash